El Cluster de Energía acude a Estados Unidos con cinco empresas para tomar el pulso al sector eólico offshore
Las noticias que llegan a Europa sobre la situación del sector eólico offshore en Estados Unidos no son muy halagüeñas en los últimos tiempos. Primero, la administración de Trump detuvo los procesos de todos los permisos que se estaban dando a los parques que se encontraban trabajando en ello. Era la punta del iceberg. El último mes ha ido más allá. Ha parado un parque en construcción, el Empire Wind de Equinor, aduciendo que la administración Biden aceleró los tiempos en la adjudicación de los diferentes permisos necesarios (en realidad, tardaron en darlos más de la media) y que todo el proyecto se debía revisar. A ello, se le suman las noticias de desarrolladores europeos que han decidido paralizar su actividad en el país, como es el caso de RWE.
La idea principal de la misión organizada por el cluster se convirtió en esta ocasión en comprobar de primera mano la situación que vive el sector estadounidense y que lleva ya años trabajando en el desarrollo de la eólica offshore. De alguna forma, certificar si las noticias que van llegando a Europa son compartidas por la industria del sector que trabaja en el país.
La delegación ha vuelto con varios mensajes claros. La asistencia al evento ha caído a la mitad, en comparación con el año anterior (de 3.000 personas a 1.500). Los desarrolladores que tienen proyectos en construcción siguen trabajando en los mismos, pero intentan no hacer mucho ruido en estos momentos y se enfocan en desarrollar la cadena de suministro para dar fuerza a los proyectos y a los argumentos de fabricación local. Tanto la industria como los desarrolladores de los proyectos tienen confianza en que el panorama cambie. Luchan porque sea a corto plazo, como mucho en los próximos dos años, aún en el mandato de Trump, pero tienen claro que cuando haya un cambio en la presidencia la industria volverá a resurgir y deberá estar preparada para ponerse a construir los parques eólicos programados.
La delegación de las cinco empresas vascas, formada por GOMETEGUI, IDOM, IRIZAR FORGE, KIMUA y SLINGSINTT, tuvieron la oportunidad de realizar nuevos contactos y sobre todo actualizar la situación con algunas empresas con las que ya habían tratado. Es cierto que, al ser un evento más pequeño de lo normal, y bajo un contexto complicado, las empresas presentes estaban más abiertas a tener largas conversaciones, lo que pudo generar un mayor espacio para hablar de negocios y posibles oportunidades de colaboración.
Desde Basque Trade & Investment se ofreció apoyo para tener reuniones en el stand que disponía el Cluster de Energía, que acogió a los desarrolladores de proyectos eólicos offshore en construcción como Avangrid y Dominion Energy, así como a la organización responsable del evento IPF, la asociación Oceantic Network, y expertos en el sector, como DNV.
En el stand se expuso la marca Offshore Wind Basque Country, haciendo gala de las empresas vascas que operan en el sector, y de varios proyectos de I+D como os proyectos europeos EasyDC-FOS, WILLOW y ENERSHARE o los proyectos del programa Hazitek INTEGRIA y FLOWIND.
La próxima edición de la IPF será en Nueva York en febrero de 2026. Ahora mismo, tras tomar el pulso al sector, podríamos decir que está en coma, pero estable. Veamos si para el próximo año ha despertado.