Entre las muchas cosas que ha evidenciado el apagón del pasado 28 de abril está la necesidad de que la red eléctrica cuente con dispositivos como los sistemas de almacenamiento de energía. Cegasa es el principal agente de este sector, uno de los pocos fabricantes europeos en Euskadi, y su Consejero Delegado, Iñigo Atutxa, se muestra convencido de que con el avance de la tecnología ha llegado el momento de la rentabilidad. Por eso, aventura una gran eclosión del negocio.
– ¿Por qué son tan importantes los sistemas de almacenamiento en la red?
– Son los más versátiles y los más simples de instalar y, además, tienen dos ventajas. Una es que, instaladas en los parques renovables pueden almacenar la energía generada cuando no hay demanda. Y la segunda, dan estabilidad, pueden hacer el control de la tensión en la red.
– ¿Es inviable ampliar las renovables sin estos sistemas?
– Es inviable, siempre necesitarás en el mix fuentes síncronas, las que generan energía de manera continua y estable. Con el apagón lo hemos visto, estaba claro que andábamos al límite. Si metemos más baterías, y lo hacemos bien, seremos capaces de introducir más renovables en el sistema.
– ¿Nos hemos olvidado entonces de la red? ¿Se han dejado de hacer inversiones necesarias?
– Ha habido inversión, pero la instalación de parques ha sido tan rápida y tan bestia que no era sencillo seguir el ritmo. Así que lo cierto es que la red no tiene mecanismos suficientes para poder trabajar con todo el mix renovable. Además, la Península está mal conectada con otros países. Quizá habría que haber puesto exigencias a la hora de instalar parques renovables como la hibridación, que contaran con sistemas de almacenamiento.
– ¿Y por qué no se ha hecho? ¿Faltaba maduración tecnológica?
– Sí, es un tema de rentabilidad. Las baterías eran muy caras, pero ahora son dos tercios más baratas que hace tres años. Empieza a ser rentable un sistema que almacena energía de una planta fotovoltaica durante el día para evacuarlo por la noche. Hemos llegado al punto de inflexión. Las rentabilidades de la inversión están ya en cinco o seis años. Vamos a ver un crecimiento muy rápido.
– China lidera esta tecnología, ¿cómo aprovechar ese conocimiento sin caer en la dependencia?
– Apostaron muy fuerte por las baterías de litio, que es el sistema que se ha impuesto en almacenamiento estacionario. Ellos tienen una capacidad de producción y una velocidad para las que aquí necesitaríamos años. Pero no lo veo como un problema. Ellos hacen la celda, todos la misma, es como una materia prima. Lo importante es el cerebro, la electrónica de potencia. Esa es la madre del cordero, el conocimiento y lo que tenemos que intentar que se quede en las empresas europeas.
– ¿Cómo lo hacen en Cegasa?
– No se trata de competir con ellos, buscamos un modo de cooperar. Estamos buscando un socio chino, son buenos fabricando, pero les falla el servicio. Nuestra apuesta es la integración del sistema. En vez de traer un contenedor de 20 pies desde China, hacer la integración del sistema aquí.
– Entonces, ¿le parece oportuna la apuesta del Gobierno vasco en su acuerdo con el gigante chino Hithium para fabricar baterías en Euskadi?
– Cualquier iniciativa para desarrollar el ecosistema vasco es positiva. Estamos en conversaciones con el Gobierno y somos pieza indispensable de este ecosistema. Compartimos el objetivo mutuo de convertir a Euskadi en referente europeo de la industria de almacenamiento.
– Lleva cinco meses al frente de la compañía, ¿cómo ve el futuro?
– El momento es determinante, en España hemos generado una cartera de pedidos de 1 GW, entre 80 y 100 proyectos, para hibridar plantas fotovoltaicas. Instalar sistemas de almacenamiento para guardar el exceso de generación y venderlo en momentos de más rentabilidad o demanda. Ahí hay mucha inversión. Y, seguimos con las vías residencial e industrial en Alemania, Australia y estamos empezando a hacer algo también en Estados Unidos
– ¿Haríamos bien prescindiendo ya de las nucleares?
– Lo que está instalado tiene que seguir mientras haga falta. Creo que hasta 2035 será suficiente, no sé si hasta 2040. Hay que ir viendo cómo evoluciona, pero en ningún caso veo que la inversión para alargar las centrales cinco años más sea óbice para dejar de extender las instalaciones de renovables.
Fuente original: El Correon